Rony* (nombre ficticio) estaba muy concentrado vigilando las tortillas de harina sobre la plancha, mientras sus compañeros estiraban la masa antes del momento de cocción. En su rostro, una inevitable sonrisa anunciaba el día que había estado esperando, pues tendrían invitados a degustar las gringas de cochinita pibil que preparó junto a su grupo durante la mañana.
Como él, otros 89 adolescentes hombres y mujeres también tuvieron sentimientos similares, pues todos participaron en el Festival Gastronómico del Centro de Capacitación y Formación Integral –CCFI-, que consistió en una semana en la que presentaron muestras de recetas a invitados de instituciones como el Organismo Judicial -OJ-, Ministerio Público -MP-, así como de otras unidades y direcciones de la Familia SBS.
En la muestra gastronómica participaron residentes tanto del Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones –CEJUPLIV- Gaviotas, y CEJUPLIV II Anexo; así como del Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres –CEJUPLIM- Gorriones, además de Casa Intermedia -CI-.
Cada grupo se preparó para dar una explicación de la receta y los métodos usados para cocinar, mientras los equipos de computación se encargaron de digitalizar y diseñar el recetario de todo lo que han aprendido en el CCFI.
Más que un lugar de aprendizaje, un espacio para crecer
El CCFI es el corazón de la formación técnica en la Subsecretaría de Reinserción, pues no solo es un lugar de aprendizaje, sino un ambiente donde muchos adolescentes pueden encontrar su vocación con los cursos de panadería, repostería, cocina y computación; y donde también escuchan las enseñanzas de vida de sus instructores.
“A veces la mente nos engaña y nos dice que lo que tenemos enfrente es la única opción para salir adelante y no hay nada más equivocado. Me metí a malos pasos y eso me tiene aquí, pero como todo tiene un propósito, eso es lo que estoy aprendiendo ahora: que tengo opciones para cumplir mis metas”, comentó Rony* (nombre ficticio).
Jessica Rodríguez, instructora de cocina, indicó que se les comparten recetas no tradicionales para que estas les sirvan para crear platillos atractivos que puedan comercializar y que económicamente puedan depender de esto y dejar atrás cualquier actividad delictiva.
“Ayudar en el proceso de reinserción es el granito de arena que aportamos para un cambio verdadero. Tenemos hijas, hijos, sobrinas, sobrinos, y esta es la forma en que podemos contribuir para tener un mejor país para ellos”, apuntó la instructora.
Durante el 2022 el Centro de Capacitación y Formación Integral atendió a 456 adolescentes, y durante este 2023 ya van 337 inscritos en los cuatro cursos que imparte el centro, con los cuales obtienen un diploma avalado por el Ministerio de Educación, que les brindará mejores oportunidades laborales o de emprendimiento en un futuro cercano.
Texto y Fotografías: Cecilia García