La Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República, a través de sus Subsecretarías de Preservación y Protección, ha dado un paso trascendental en la atención integral a la niñez migrante en Guatemala.
La sinergia entre el Centro de Atención Integral -CAI- de la zona 3, de la Subsecretaría de Preservación; y Casa Nuestras Raíces Guatemala, de la Subsecretaría de Protección, ha demostrado ser fundamental para brindar un cuidado de calidad a los niños, niñas y adolescentes que más lo necesitan.
Esta alianza permitió abordar un caso de una adolescente en tránsito (extranjera) que era acompañada por su bebé, para que las dos tuvieran servicios y atención adecuados. Ambas debían permanecer en Casa Nuestras Raíces mientras se realizaba todo el proceso migratorio para enviarlas a su país de origen.
El Centro de Atención Integral, está enfocado en la atención de niños menores de siete años, y brindaron a la bebé los cuidados básicos y estimulación temprana que requiere una niña de su edad.
Por su parte, Casa Nuestras Raíces Guatemala, especializada en la atención de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, ofreció a la adolescente un espacio seguro y acogedor para que pudiera procesar su situación y fortalecer su vínculo maternofilial.
La adaptación de ambas a los servicios ofrecidos por cada centro fue notable. La adolescente se mostró agradecida por el apoyo recibido y la bebé, a su vez, respondió positivamente a los estímulos y cuidados proporcionados. Este caso exitoso demuestra la importancia de trabajar en equipo y de coordinar esfuerzos para garantizar el bienestar de los niños, niñas y adolescentes migrantes.
Esta cooperación interinstitucional sienta un precedente importante para la atención de la niñez migrante en Guatemala. Al unir sus capacidades y recursos, el Centro de Atención Integral y Casa Nuestras Raíces Guatemala están contribuyendo a construir un sistema de protección integral que garantice los derechos de los niños, niñas y adolescentes, independientemente de su origen.
Texto: Asael Díaz
Fotografías: CAI Zona 3, CNRG y Asael Díaz