La orientación psicológica a padres de familia, forma parte del apoyo integral que la Dirección de Prevención Terciaria, de la Secretaría de Bienestar Social –SBS-, da a adolescentes y jóvenes en proceso de reinserción.
Carlos Gómez, director de Prevención Terciaria, explicó que hace dos años se hizo una reestructura en el departamento, que les permitió elaborar un catalogo de servicios y un modelo de abordaje, en el que identificaron a la familia como un factor de riesgo.
“Sí bien estábamos trabajando con los jóvenes, nos dimos cuenta que cuando regresaban a su entorno, se nos dificultaba alcanzar los resultados que queríamos y por eso implementamos la terapias grupales con padres, madres o encargados”.
Estas intervenciones buscan darle solución a los conflictos que los padres de familia puedan tener con sus hijos o viceversa, no solo con orientación profesional, sino por medio de las experiencias de los participantes.
Actualmente trabajan con un grupo de 25 madres, no solo a nivel grupal, sino también individual, con quienes los resultados han sido evidentes en el cambio de la relación que llevan con sus hijos.
Ada es una de las madres que asiste al programa, ella se ha encargado de criar a sus dos hijos de 20 y 11 años. Sin embargo, cuando su hijo mayor tenía 17 tuvo conflictos con la ley, tras cumplir su sanción, su actitud empeoró, se puso rebelde y empezó a consumir drogas.
Hace tres meses la situación rebasó el límite, pues Ada descubrió que el joven le pegaba a su hermano menor para intimidarlo, por lo que tomó la decisión de sacarlo de su casa, ella estaba muy mal y decidió buscar ayuda en Prevención Terciaria.
La psicóloga del departamento, Janette Argueta, cuenta que Ada llegó con baja autoestima y agobiada por los problemas con su hijo, dos meses y medio después de haber empezado sus terapias, ella ya tiene otro semblante y ha cambiado su forma de pensar.
Ella dice que está agradecida con la SBS por el apoyo que ha recibido, pues ahora ya no se enfoca en los problemas que la consumían y más bien ha empezado a tener un mejor trato en su hijo menor, para evitar actitudes que luego los perjudique a ambos.
Cuenta que su hijo mayor, “tras perder su trabajo en una buena empresa, empezó a laborar en un lugar donde las jornadas eran duras, creo que allí se dio cuenta que todo lo que había hecho estaba mal y hace poco regresó a la casa y me pidió ayuda. Ahora trato de comunicarme más con los dos”, y la situación ha cambiado, gracias a la guía profesional que ha recibido, finaliza.
Este 2019 la Dirección de Prevención Terciaria ha atendido a 305 jóvenes y adolescentes, de estos el 23% son mujeres el 77% son hombres, que en su mayoría tienen entre 17 y 19 años. Del total de atenciones, 20 jóvenes se encuentran en terapia psicológica.