Cuando *Marvin cruzó por primera vez la puerta de la Sede Departamental de la Secretaría de Bienestar Social en Jutiapa, lo hizo con incertidumbre. No sabía qué esperar. Su vida había dado un giro inesperado cuando el juez le impuso una medida socioeducativa, y el futuro se sentía más incierto que nunca.
“Fue duro al principio porque no sabía de estos temas. Pensaba que, por ser adolescente, no pasaban estas cosas y estaba equivocado”, recuerda Marvin. Pero lo que encontró en la SBS fue más que un programa; fue una oportunidad para transformar su vida.
Desde el primer día, un equipo de profesionales lo recibió con empatía y compromiso. Psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales lo guiaron en un camino de aprendizaje y reflexión. “Me ha ayudado bastante a volver a la sociedad”, confiesa Marvin. “Antes no pensaba las cosas, solo las hacía sin medir las consecuencias. Ahora lo pienso mejor”, dice.
A lo largo de un año y nueve meses de acompañamiento, Marvin ha logrado no solo mantenerse firme en sus estudios, sino destacarse académicamente. Actualmente, cursa su segundo año en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde estudia profesorado en enseñanza media y técnico en administración educativa. “Mi meta es graduarme y seguir la licenciatura, si Dios me lo permite”, dice con determinación. Su pasión por la enseñanza nació durante sus prácticas de la carrera media, donde descubrió el placer de educar a niños de primaria.

La familia es un pilar fundamental
El impacto del programa no solo ha cambiado su vida, sino también la de su familia. Su padre, don *Enrique, también ha sido parte del proceso, participando en talleres que han fortalecido su comunicación con su hijo. “Nos han dado a conocer muchas cosas que a veces uno ignora. Nos ha permitido acercarnos más y tener mejor comunicación como familia”, comenta don Enrique. La relación entre ellos ha evolucionado, y ahora comparten tiempo trabajando juntos en el campo, atendiendo el ganado y fortaleciendo su vínculo.
Para don Enrique, el cambio en Marvin ha sido evidente. “Ha habido cambios, mayormente en el estudio. Siempre le inculcamos la importancia de prepararse académicamente, y ahora se esfuerza más”, dice con orgullo.
Este camino de crecimiento y reflexión ha sido posible gracias al acompañamiento constante del equipo multidisciplinario de la SBS. “Les agradezco mucho porque siempre han estado con nosotros, apoyándonos en lo que sea”, expresa Marvin. Su historia es un testimonio del poder de la educación, el acompañamiento y la oportunidad de enmendar el camino.
Hoy, Marvin mira hacia el futuro con esperanza. Sabe que cada elección cuenta y que su esfuerzo y dedicación lo llevarán lejos. Su historia nos recuerda que la transformación es posible cuando se brinda apoyo y segundas oportunidades.

Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Eduardo Mendoza