Durante las diferentes entregas de víveres en los centros de la Secretaría de Bienestar Social -SBS-, algunas madres y padres de familia han mostrado su gratitud y han compartido cómo atraviesan la crisis por COVID-19.
Los momentos han sido muy difíciles, por lo que la ayuda que se les brinda, ha llegado justo a tiempo, nos comparten en sus testimonios.
Uno de estos casos, es el de Kevin Pérez, un padre de tres niñas de 3, 5 y 7 años, quienes han sido beneficiadas con los servicios del Centro de Atención Integral -CAI- de Cuilapa, Santa Rosa. La niña más grande ya cerró su ciclo de atención con la SBS.
“Les soy sincero, este mes me ha ido mal. Soy piloto y no estoy trabajando todos los días y con los materiales que nos dieron ya me ayudan bastante, porque ahora la prioridad es la comida. No lo esperábamos, muchas gracias”, dice el padre de familia.
Asimismo, contó que el CAI ha sido una bendición en su vida, ya que sus hijas más pequeñas ingresaron con un cuadro de desnutrición y fue allí donde se recuperaron gracias al seguimiento nutricional que se les proporciona a los pequeños.
¿Cuándo me vas a llevar a la escuela “Mama Yaya”?
Álida Granados, es abuela de una nena de tres años, dice que su nieta extraña mucho ir al CAI, ver a sus compañeritos y a sus maestras. “Siempre me dice ¿Cuándo me vas a llevar a la escuela “Mama Yaya”? Yo le respondo que primero Dios cuando pase todo esto”, expresa.
La abuelita dice que están tristes y angustiados porque ahora no pueden salir a trabajar a diario. “Nos quedamos sin empleo, salimos a lavar unas cuantas veces, pero ya no como antes”. Doña Álida agradeció por los víveres y los útiles escolares, pero sobretodo porque el CAI le ha sido de ayuda desde que su nieta tenía tres meses.
“Me ha hecho falta el CAI”
Para Alejandro Ramírez, la educación que su pequeño Josué, de un año y medio, ha recibido en el CAI de Jalapa es invaluable. “A mi nene le gusta, siempre me dice “Mamos niños” porque a él le gusta y extraña venir a estudiar. A mí me ha hecho falta en el ámbito educativo porque me gusta la forma en que enseñan”, manifiesta, sobre todo, en el área de valores familiares.
El padre de familia, quien desde el comienzo de la pandemia se quedó sin trabajo, cuenta que ha podido subsistir gracias a la formación que sus papás le dieron y en donde aprendió oficios relacionados a la construcción. “En casa soy el que trabaja, mi esposa se encarga de cuidar a nuestros hijos. Ha sido difícil, por eso esta ayuda nos ha caído bien, no la esperábamos”, agrega.
“Mi niño aprendió bastante”
De las cosas que más feliz hace a Cindy Morales es cuando su hijo de dos años le dice los números y las vocales. Ella comparte que este año inscribió a su pequeño en el CAI de Cuilapa, Santa Rosa; y durante los dos meses que recibió educación, antes de la pandemia, aprendió rápido. “Las maestras de este centro son bien inteligentes, porque le enseñaron mucho a mi nene”, expresa.
Cindy es madre soltera y también se quedó sin una fuente de ingresos debido a la crisis ocasionada por el COVID-19. “Me está costando bastante ya no tener un sueldo fijo. A veces consigo un poco de trabajo para darle de comer a mi niño, porque es por él mi lucha. Esta entrega significa mucho para mí, espero que nos puedan seguir ayudando”, finalizó.
Estos testimonios son solo unos pocos que representan a todas la familias atendidas por la Familia SBS, en donde nuestra misión es velar por el interés superior de las niñas, niños y adolescentes, por quienes a diario trabajamos sin descanso. “Sepan que no están solos y que nada nos detendrá para continuar en esta noble labor. Tengan la seguridad de que acá está la Familia SBS, siempre con ustedes, más en estos tiempos de dificultad”, expresó el secretario, Pancho Molina, quien supervisó las entregas.
Varios padres de familia compartieron su testimonio. Además de alimentos también se están entregando bolsas con material didáctico.