Los cambios proactivos son las herramientas cruciales que permiten que cada vez haya menos abandono de procesos, especialmente de los y las adolescentes que se encuentran en las residencias de la Subsecretaría de Protección. Esto fue evidente en el cierre de 2022, al confirmar que con respecto al año anterior los abandonos se redujeron en un 9.7 por ciento.
La evasión o abandono de proceso ocurre cuando un adolescente toma la decisión, por cuenta propia, de no estar en uno de los hogares de resguardo. Esto sucede por diferentes razones, pero a opinión del titular de la Subsecretaría de Protección, Carlos Gómez, es principalmente porque desean volver con sus familias.
Para alcanzar el logro de la reducción de evasiones, el subsecretario Gómez indicó que una de las estrategias más efectivas ha sido la de Cero Ocio, que implica que en cada residencia haya un tiempo destinado para actividades, y que todos permanezcan activos desde las 5:00 de la mañana, hasta las 6:00 de la tarde.
“También hemos fortalecido la educación, no solo la formal, sino que hemos visto que los y las adolescentes salgan de las residencias a las actividades técnicas que se enseñan en el Centro Tecnológico Ocupacional (CTO). Esto les gusta mucho porque aprenden panadería, repostería, entre otros”, aseguró Gómez.
Recreación y fortalecimiento familiar
La restitución del derecho de recreación también es importante, por ello se realizan actividades constantes, no solo dentro de las residencias, sino fuera de ellas, para estimular a que todos tengan opción de entretenerse al igual que lo haría cualquier otro adolescente.
A opinión de Jéssica Bruno, jefa del Departamento Protección Especial contra el Maltrato en Todas sus Formas, el trabajo con el equipo psicológico y de trabajo social ha sido relevante para ayudarles a tener más actividades con las que aprenden a tener otras opciones sanas de entretenimiento.
“En el hogar Zafiro I, por ejemplo, el perfil es de consumo de sustancias y afiliación a pandillas, por ello brindarles alternativas de diversión sana les ayuda bastante. Además, funciona para incentivarlas a tener un buen comportamiento y regular su forma de expresarse”, apuntó Bruno.
“Hemos hecho actividades en las que se incluye a la familia, algunas convivencias o celebraciones en las que las adolescentes hacen actos, y los padres ven los cambios, ven cómo van evolucionando. Tener contacto con su familia, verlos en videollamadas, es algo que les ayuda, increíblemente, a estar estables, agregó la jefa del departamento.
Texto: Cecilia García
Fotografías: Luis Sajché