Ver una sonrisa luego de una etapa de miedo e incertidumbre es uno de los momentos más emotivos que puede haber y esto es lo que sucede cuando las niñas y niños tienen oportunidad de estar con una Familia de Acogimiento Temporal mientras lo necesitan.
Así, con alegría y entusiasmo se vivió la celebración del Día del Niño y de la Niña, una ocasión especial en la que las niñas y niños que se encuentran en Acogimiento Temporal disfrutaron de una jornada en su honor que incluyó actos especiales, porras, piñatas, pintacaritas y pastel, comentó la jefa del departamento de Acogimiento Familiar Temporal -AFT-, Jeannette Marroquín.
Cantos, porras, risas, comida, piñatas y mucha diversión se combinaron en este especial reencuentro después de la pandemia por covid-19, pues esta es una de las primeras veces que las Familias de Acogimiento Temporal y las niñas y niños que resguardan se reunieron para una convivencia presencial en la que resaltó la felicidad.
Jeannette Marroquín, jefa del Departamento de Acogimiento Familiar comentó que esta fue una actividad preparada con esmero y que cuenta con apoyo de otras instituciones como Buckner, Vida Para Niños, Somos, Ministerios Ebenezer, además de la Unidad para la Prevención Comunitaria de la Violencia -UPCV- y de Prevención del Delito de la Policía Nacional Civil -PNC-.
“Las familias de acogimiento temporal son una gran bendición para la niñez y adolescencia. Con ellos hemos visto cómo cambia el rostro de las niñas y niños, cómo pasan de las lágrimas a las sonrisas y eso esperamos para todos”, comentó Marroquín.
Entre los invitados especiales de la fiesta estuvo Claudia Sacayón, jueza de Niñez y Adolescencia de Suchitepéquez, quien trabaja de cerca con 15 familias que prestan su servicio en el departamento de Acogimiento Temporal.
“Las palabras se quedan cortas para describir la labor de las familias. No he encontrado un concepto que lo defina, sino el amor que los padres sienten por las niñas y niños”, declaró respecto al trabajo que los padres sustitutos hacen a favor de la niñez y adolescencia.
Texto y fotografías: Cecilia García