“Debemos comprender que ser padres implica más que dar techo y comida, es estar más presente emocionalmente con los hijos”, dice la Jueza de Niñez, del Juzgado Metropolitano, Rebeca González, al referirse a la transformación que sufren las familias al participar en la Escuela para Padres, que se imparten en el Departamento de Atención y Orientación Especializada a Niñez y Adolescencia no Institucionalizada y su Familia –PROFAMI-, de la Secretaría de Bienestar Social –SBS-.
En palabras de la profesional, PROFAMI ha dado resultados positivos que impactan directamente en la sociedad. “Al principio la gente es renuente por temas de tiempo o porque simplemente creen que no necesitan ir a Escuela para Padres, pero conforme se van desarrollando las audiencias me doy cuenta que sí es posible hacer cambios en la sociedad, que es a lo que se le apuesta cuando un niño llega al sistema de protección de justicia, que haya una transformación en su entorno y es por eso que para mí PROFAMI ha sido muy funcional”, indicó.
Este programa está diseñado para atender y orientar a las madres, padres o responsables de Niñas, Niños y Adolescentes –NNA- en situación de vulnerabilidad o en condiciones de desprotección. Atiende aquellos casos donde no se amerita la separación de su entorno familiar, constituyéndose en una alternativa para minimizar la institucionalización. PROFAMI forma parte de la Subsecretaría de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia y brinda atención psicológica y social a padres, madres y responsables de niñez y adolescencia con problemas de rebeldía, agresividad o que han sufrido negligencia en su cuidado y protección. Además, da atención especializada en modalidad ambulatoria en casos de violencia sexual y maltrato físico o psicológico de NNA.
González, reconoce que desde 2017, cuando inició la actual administración de la SBS, ha habido cambios no solo en PROFAMI, sino en todos los programas de protección. “Por supuesto hay mucho que trabajar, pero la efectividad es buena. Casi el 90% de mis casos los refiero a Escuela para Padres, porque sí he visto resultados muy positivos para la gente que se compromete. Lo que nos interesa es transformar la vida de los niños, no con lujos, sino desde la óptica del amor de los padres, quienes tras asistir a los talleres durante 18 meses tienen una idea distinta de lo que implica dar un abrazo, de decir un te amo o simplemente de ver a los niños a los ojos y que sepan que mamá o papá está allí”, dice.
El 9 de diciembre pasado, 71 padres de familia participaron en el acto de clausura de la segunda promoción de Escuela para Padres 2019, en donde adquirieron herramientas para mejorar la comunicación y relación con sus hijos y así promover el bienestar y la unión familiar.