¿Cómo, existe una Escuela para Padres? La respuesta es sí. La Secretaría de Bienestar Social -SBS- cuenta con el Departamento de Atención y Orientación Especializada a Niñez y Adolescencia No Institucionalizada y su Familia -PROFAMI-, en donde se capacita a madres y padres de familia sobre crianza asertiva y con amor.
Esta enseñanza está dirigida especialmente a madres, padres o tutores de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad o en condiciones de desprotección que no ameritan la separación de su entorno familiar.
¿Esto qué quiere decir? En muchas ocasiones los padres cometen el error de corregir con golpes, gritos o insultos, situaciones que complican la relación con los hijos, quienes empiezan a mostrar signos de rebeldía, violencia, ira, entre otros sentimientos negativos, a tal punto de hacer incontrolable la situación.
Cuando se llega hasta este extremo hay instituciones, como la Procuraduría General de la Nación, que deben intervenir, a la que se suman juzgados que envían a las familias a la Escuela para Padres. A estas escuelas deben asistir durante 18 meses para recibir todas las herramientas y conocimientos para mejorar la comunicación y relación con sus hijos.
Profami cambia vidas
“La Escuela para Padres me ayudó a terminar de formarme como mujer, como madre y como una mejor esposa porque aprendimos a tener comunicación y llevar nuestro proceso, no a gritos ni con violencia; y le pudimos dar un ambiente liberado de malas energía a nuestra hija”, dijo Gabriela Castillo, una de las madres graduadas.
Para don Mario César López la Escuela para Padres significó mucho apoyo moral, pues cuenta que tenía conflictos con su hija por la crianza que le daba a su nieta. “Por medio de estas pláticas llegamos a un acuerdo con ella. Nos sentamos y platicamos cosas que nunca habíamos hablado y todo ha terminado bien”, expresó.
“Al llegar a Escuela para padres llegué totalmente cerrada, imagino que como muchos de nosotros, con mucho peso encima y sobre todo en el corazón. Pero a través de este proceso y enseñanza, y de las caras amables de todo el personal que nos ayudó, cada uno de nosotros y nuestros hijos salimos mejor. Sabemos que quedan retos, pero también sabemos que con la ayuda de Dios seguiremos adelante”, manifestó otra de las madres.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Luis Sajché