¿Qué mejor que terminar el ciclo de Escuela para Padres con un divertido día en familia? Así lo decidió el equipo de la Dirección de Medidas Socioeducativas, que dejó atrás el protocolo y organizó una clausura totalmente diferente, con el propósito de fortalecer los lazos familiares entre padres e hijos.
Con apoyo de Ready Set Go Guatemala se llevaron a cabo varias dinámicas que incluyeron desde dibujar el escudo familiar, hasta competencias llenas de risas y diversión. Previo a esto, las madres y padres de familia recibieron un diploma que certifica que asistieron a su ciclo de Escuela para Padres, referidos por el Modelo de Atención Integral de Justicia Penal Juvenil -MAIJU-.
Nada de que avergonzarse
Para Wendy Salay, haber sido parte de la Escuela para Padres no representa pena, ni vergüenza, más bien es motivo de orgullo, porque desde hace año y medio que empezó a asistir, la vida en familia ha cambiado y ahora sabe cómo aprovechar el poco tiempo que tiene con sus tres hijos.
Cuenta que año y medio después de haber comenzado en la Escuela para Paadres ya puede ver resultados positivos, pues su hijo, por quien fue referida al programa, ya ha tenido un cambio de actitud y ahora que acaba de cumplir su mayoría de edad trabaja en la misma empresa que ella y se ha convertido en un joven muy responsable.
Karina Ruano, directora de Medidas Socioeducativas explicó que la Dirección tiene una oficina en la sede MAIJU y allí atienden a las y los adolescentes por medio de terapias psicológicas una vez por semana, les dan abordaje social y trabajan el área de pedagogía en donde los adolescentes son atendidos por profesionales para el seguimiento educativo.
La vida es un constante aprendizaje
Aunque la crianza que tiene a su cargo ya no es la de sus hijos, Alma acudió a la Escuela para Padres porque ahora está viendo crecer a sus nietos, pues su hija es madre soltera y debe trabajar para poder llevar el sostén a su hogar.
Ella dice que su nieto tiene una personalidad fuerte, pero que ahora ya sabe la forma de abordarlo y darle consejos. “Me ayudó bastante porque la verdad yo no sabía cómo corregirlo y, siendo sincera, ir a la Escuela para Padres fue una ayuda para desestresarme de tanto problema y necesidad que uno pasa”, expresa Alma, con su diploma en las manos.
Este año, en la Escuela para Padres el equipo técnico ha atendido hasta octubre, a 556 padres de adolescentes. La formación que se otorga se enfoca en enseñar a los padres los métodos para una crianza asertiva y con amor, y así poder recuperar los vínculos paterno afectivos.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Luis Sajché