
Dando brincos de alegría, Erick se subió al microbús que lo llevaría de nuevo con su familia y es que después de permanecer casi diez años institucionalizado, su mamá decidió que era hora de hacerse cargo de él, y así se convirtió en el cuarto caso de reintegración exitosa que ha realizado durante 2019, del Departamento de Protección a la Niñez y Adolescencia con Capacidades Diferentes, Severas y Profundas –ABI-, centro administrado por la Secretaría de Bienestar Social –SBS-.
Erick nació con discapacidad intelectual y pie equino y fue en febrero de 2010 que su mamá, Elizabeth Morataya lo llevó a ABI y solicitó apoyo, pues su situación económica no era buena y necesitaba conseguir una cirugía correctiva para su pequeño. Fue así como lo admitieron en el centro.
Los días, las semanas, los meses y los años iban pasando, Elizabeth asistía con regularidad a las visitas. Sin embargo, hubo un periodo largo en el que se ausentó. Mientras tanto, Erick seguía recibiendo cuidado y atención integral en el centro, en donde gestionaron la tan ansiada operación para corregir sus pies, que sumado a la fisioterapia le ayudó a que pudiera caminar.
Pese a que su grado de discapacidad se clasifica en la escala grave, tiene alto funcionamiento y su conducta adaptativa es excelente, lo que le permitió que se integrara a un programa de atención de destrezas básicas, en el que aprendió actividades de autocuidado como lavarse y secarse las manos, cepillarse los dientes y alimentarse solo, aunque requiere cuidado y supervisión constante.


Este año, tras solicitar al Organismo Judicial la revisión de medidas de los residentes de ABI, se localizó a la madre de Erick, quien tras retomar las visitas comunicó sus intenciones de llevárselo a casa, fue así como el personal del centro empezó el proceso de revinculación para lograr un recurso familiar responsable, que consistió en visitas domiciliares de la trabajadora social y asesorías por parte del equipo técnico, en las que se les mostró las habilidades que posee y las áreas en las que deben trabajar para reforzar sus destrezas.
“Tras llegar a la conclusión de que era un recurso familiar idóneo se le presentó el caso al juez, que dictaminó se hiciera la reintegración. Como todo proceso va a requerir tiempo y paciencia. Sin embargo, estamos convencidos que será un caso fácil para la familia, porque Érick reconoce a su mamá y hermanos, entonces la revinculación se dio bastante bien y esto hará más fácil su adaptación a su nuevo entorno”, dijo el psicólogo de ABI, Emilio Salguero.


La trabajadora social del Departamento, Dionisia Cardona, informó que la institución apoyará a la familia durante cinco años con los medicamentos y pañales que Erick requiere, lo que se convierte en un apoyo significativo y avala parte de su bienestar. Además, ya trabajan en la creación de una red comunitaria para asegurarle los servicios básicos como Salud.
De pocas palabras, Elizabeth, madre de Erick, expresó su alegría porque al fin tendría a su hijo con ella. “Me siento muy feliz porque ya tiempos estaba esperando este momento. Yo siempre pensaba en él. No creo que me cueste su cuidado, toda vez tenga lo necesario y por eso agradezco la ayuda que nos van a dar, porque yo no podría comprar la medicina y tampoco lo pañales. Gracias a todos, me han ayudado bastante, Dios los bendiga”, puntualizó.

Por su parte, Josseline, quien ofreció apoyo económico y un techo para que su mamá pudiera hacerse cargo de su hermano Erick, contó que antes de visitarlo en ABI recientemente, tenía siete años sin verlo. “Ya es tiempo que estemos juntos como familia. Me siento muy feliz de tenerlo de vuelta y poder convivir. Estoy un poco nerviosa porque nos debemos adaptar a su cuidado, pero sé que vamos a salir adelante. Para mí él sigue siendo un niño, le vamos a dar cariño, amor y tratarlo bien. Agradezco a la institución por todos los cuidados que le brindaron”, expresó.
