Cada principio de año se toma el peso y talla de los Niños y Niñas –NNA- inscritos en los 42 Centros de Atención Integral –CAI-, de la Secretaría de Bienestar Social –SBS-, para detectar casos de bajo peso o sobrepeso y así darles un seguimiento personalizado para lograr una recuperación nutricional en poco tiempo.
La directora de Primera Infancia, Mabelle Monzón, explicó que la toma de medidas antropométricas ayuda a determinar el estado nutricional de los pequeños, porque es común que inicien el ciclo escolar con desnutrición aguda, leve o moderada debido a que durante las vacaciones no tuvieron buenos hábitos alimenticios.
“En estos casos la nutricionista brinda instrucciones a las directoras sobre el tipo de alimentación que tienen que tener estos niños para recuperar su estado nutricional y evitar a largo plazo la desnutrición crónica, posterior a esto, en tres meses se vuelven a evaluar”, dijo Monzón. Además, la nutricionista se encarga de elaborar menús saludables, variados y balanceados para el desayuno, almuerzo y refacciones, tiempos que son proporcionados a diario en los CAI y supervisa que se cumplan los planes de alimentación. En el 2019, fueron 2 millones 681 mil 961 raciones de alimentos servidos los que se repartieron a los 3,624 niños y niñas inscritos.
Los padres de familia también tienen un rol muy importante en la recuperación nutricional de sus hijos, porque tras detectar los casos las directoras les dan recomendaciones que deben atender. “Se les habla para que presten más atención a la alimentación de su hijo y para informarles que en el CAI se le dará seguimiento”, señala Monzón.
Los platos de comida servidos en cada tiempo de comida incluyen los nutrientes más importantes que son proteínas, carbohidratos y grasas, se sirven refrescos naturales, utilizan poca azúcar y están descartados los condimentos artificiales. “Usamos la Guía Alimentaria de Guatemala como base para saber todos los alimentos que deben consumir los niños”, indicó la directora.
Cada uno de los CAI cuenta con una cocinera y una auxiliar de cocina, quienes reciben capacitaciones sobre buenas prácticas de manufactura que les permiten saber cómo conservar los alimentos, cómo mantener las bodegas de almacenaje, revisión de fecha de vencimientos, lavado de manos, limpieza de superficies y desinfección, entre otros conocimientos.
Monzón dice que esta área es vital porque no solo es una cocina, sino un servicio de alimentación que cumple con estrictos estándares de calidad que incluyen controles, procedimientos y recetas estandarizadas. Además, de darle seguimiento a las instrucciones de la nutricionista respecto a la dieta para niños con sobrepeso o desnutrición.
“El programa de Centros de Atención Integral es muy valioso para nuestro país, sobre todo para la primera infancia porque previene la desnutrición crónica, gracias a que podemos detectar, dar un acompañamiento y mejoramiento”, agregó Monzón.
En los CAI se proporciona cuidado diario, gratuito y responsable a hijos e hijas de padres y madres trabajadoras de escasos recursos, empleando una metodología acreditada por el Ministerio de Educación, que cuenta con estrategias que permiten desarrollar las habilidades y destrezas de los niños por medio del juego, tomando como base 11 principios pedagógicos.