En el Centro de Educación Especial Álida España, el silencio se acabó y las aulas se llenaron de nuevo de color, alegría, música, risa y mucho aprendizaje. Las clases están por comenzar y tanto niñas, niños, como papás están entusiasmados.
El 3 de marzo, será la fecha oficial del regreso a clases en el centro, sin embargo, una semana antes, las y los alumnos, junto a sus familias se reunieron en las instalaciones para participar en el Taller de Regreso a Clases, una actividad para la adaptación y readaptación de las rutinas en las que participan las niñas y niños.

Este centro se dedica a la atención y formación integral de niñas, niños y adolescentes con discapacidad, donde reciben atención según el diagnóstico de cada uno, además de psicopedagogía, terapia de lenguaje, servicios médicos, alimentación nutritiva y balanceada, terapia ocupacional y física, así como hidroterapia.
La directora del centro, Alejandra Morales, comentó que para este 2025, el centro atendrá a 258 niñas y niños que están inscritos hasta la fecha. “En esta actividad de inicio tuvimos talleres de pintura, educación física, teatro, talleres de manualidades, así como actividades físicas con circuitos motores”, explicó.






Cada avance es una razón para celebrar
Después de la fase de remozamiento del Centro Álida España, las familias volvieron con alegría y entusiasmados por volver a contar con terapias, ejercicios, orientación y especialmente para ver a sus hijos alcanzando nuevas habilidades.
Cruz Pablo Pop es el papá de Elena. Desde que nació fue diagnosticada con Hidrocefalia y desde hace tres años, junto a sus padres, asiste al centro para recibir terapia, lo cual influye en las mejoras que ha alcanzado.
“Aprendió a identificar a las personas, a comunicarse con más facilidad y entiende lo que le dicen los demás. Puede ser poco, pero para nosotros es muy importante el apoyo que hemos recibido aquí”, expresó.

Como él, Mabel Yañez también sonríe cada vez que se le pregunta por los avances de su hijo Ian, quien padece microcefalia y parálisis cerebral, y aunque su desarrollo ha sido un reto, su semblante refleja satisfacción por cada logro de su pequeño.
“Tenemos cinco años viniendo. Aprendió a sentarse, a sostener su cabeza y todo su tronco, a agarrar cosas y tener el impulso de alcanzar. Algo que ha sido muy importante en este proceso ha sido la convivencia con otros niños”, aseguró Yañez.

Este año, Abigail Rodríguez y su hijo Santiago estarán por primera vez en el centro Álida España, para atender el diagnóstico de Autismo. Conocieron de los programas por medio de un primo de Santiago que ya asistían a clases.
“El año pasado estuvo en el CAI de zona 6 e incluso desde ahí recibió mucha ayuda, tuvo avances, él no hablaba, caminaba de puntitas y son cosas que ya hace. Actualmente, tiene tres años, le gusta pintar y brincar”, puntualizó.
Después de participar en cada actividad del taller, los papás, mamás e incluso abuelos, se retiraron junto a los niños y la próxima semana estarán de vuelta, para comenzar formalmente con un ciclo escolar extraordinario.

Texto: Cecilia García
Fotografías: Luis Sajché