La adolescencia es una etapa llena de desafíos tanto para las chicas y los chicos, así como para ti, madre o padre de familia. A medida que tus hijos adolescentes buscan mayor independencia, te enfrentas al reto de corregir sus comportamientos sin sacrificar la conexión emocional. Encontrar el equilibrio adecuado entre disciplina y amor es esencial para que los guíes con firmeza, sin perder la cercanía que necesitas durante estos años tan formativos.

Para que no sientas que esto es una misión imposible, queremos compartirte algunos consejos brindados por los profesionales a cargo del  programa de Escuela para Padres, en donde se da acompañamiento integral en el proceso de reinserción de adolescentes en conflicto con la Ley Penal.

La Escuela para Padres de la Dirección de Medidas Socioeducativas es una herramienta para fortalecer el proceso de reinserción de las y los adolescentes en conflicto con la Ley Penal.

Toma en cuenta:

Yénica Meneses, psicóloga de la Dirección de Medidas Socioeducativas, señala que un niño, niña o adolescente educado con amor, respeto, tolerancia, paciencia y argumentos claros y firmes, es una persona sin máscaras, es decir, que se sentirá cómoda para decir las cosas que piensa, frente a sus padres, con la convicción de que será escuchado.

“Si es así, sabe que siempre habrá espacio para dialogar, reconciliarse y equilibrar la relación. Esto no quiere decir que no se establezcan normas y límites, que es la parte fundamental de la crianza positiva”, afirma la profesional.

Es importante recordar que el ejemplo de los padres es vital en la vida de las niñas y los niños, pues imitan las conductas y acciones de quienes los crían. Por ello se debe reforzar la práctica de valores como el respeto, coherencia, equilibrio y amor.

Les ayudará a tener la sensación de que no tienen que obedecer todo al pie de la letra, sino que hay opción a elegir. 

Esto los motiva a asumir sus responsabilidades y se sentirán parte importante de la familia.

El exceso de cuidados les hace sentir que no son capaces. La lástima promueve las debilidades, mientras que la comprensión favorece las fortalezas.

Antes de corregir a tu hijo, tómate el tiempo para escuchar su versión de los hechos. Esto muestra que valoras su perspectiva y te ayudará a tomar una decisión más justa.

Ponte en el lugar de tu adolescente. Recordar tus propias experiencias a esa edad puede ayudarte a corregir con mayor comprensión, sin dejar de ser firme en las consecuencias.

Mantén reglas claras y consistentes, pero sé flexible cuando sea necesario. A veces, las circunstancias pueden requerir ajustes para que la corrección sea más efectiva.

No todo debe centrarse en la corrección. Reconocer y celebrar las buenas decisiones refuerza los comportamientos positivos y motiva a tu hijo a seguir por el buen camino.

Además, en todo momento de corrección es fundamental que este se base en el respeto mutuo y no en el castigo severo. Los adolescentes necesitan entender las consecuencias de sus actos, pero también sentir apoyo para cambiar y sostener comportamientos positivos que sumen a su desarrollo.

Al enfocar la corrección equilibrada entre disciplina y amor, no solo fomenta que los adolescentes ejerciten su responsabilidad, sino que también es un aprendizaje para tomar mejores decisiones por sí mismos. “Estos aspectos permitirán que se mantengan los vínculos afectivos dentro de las familias en todo momento”, puntualizó Meneses.

Texto: Cecilia García
Fotografías: Dirección de Medidas Socioeducativas