Hablar de la crianza de nuestros hijos tras un divorcio o una separación podría ser un tema complicado, sin embargo, es un asunto fundamental para continuar con el desarrollo integral de la niñez y adolescencia.
Si te encuentras en un momento crucial como este, en esta nota, las psicólogas de la Familia SBS, Alejandra Calderón y Ana Lucía Hernández comparten algunos consejos para que los tomes en cuenta y te ayuden a encaminar la crianza de los niños de forma adecuada.
La paternidad compartida o copaternidad debe principiar con comprender que
tanto papá como mamá tienen las mismas responsabilidades con los hijos e hijas, dejando atrás los patrones antiguos en los que los roles de cada uno estaban determinados de forma diferente, cargando más responsabilidades a uno que a otro.
“Hablar de copaternidad es darnos cuenta de que no es tarea solo de uno cumplir con ciertas funciones, si no que es por parte de ambos, de forma compartida y organizada. Especialmente teniendo en cuenta el impacto que tienen en la vida de las niñas, niños y adolescentes”, expresó Calderón.
Acuerdos sanos basados en la prioridad de una crianza respetuosa
Dialogar y llegar a consensos puede ser complicado, e incluso puede ser esta la razón de la separación. Así que este paso debe darse tomando en cuenta que el fin principal de llegar a acuerdos es que el bienestar de los hijos no se vea afectado.
“Este puede ser un obstáculo fuerte, pero debe quedar claro que los niños están bajo nuestro cuidado y orientación. Aunque en el proceso de separación tenemos un dolor propio tenemos qué pensar en cómo resolver, sin restar importancia al lado humano y el manejo de nuestras emociones”, aseguró Hernández.
Aunque puede ser complicado, una de las mejores formas para dejar atrás los sentimientos negativos es enfocarse en el bienestar que tendrán las niñas y niños, y establecer qué valores, principios y enseñanzas darán.
“Lo ideal es conversar sobre esto antes de tener hijos, pero no siempre se puede hacer así. Entonces, el primer compromiso personal es cuidar de mi salud mental y emocional para cumplir mi papel de madre o padre; y que entonces sí podamos tener acuerdos mutuos, recordando que la voluntad puede más”, recomendó Ana Luisa Hernández.
Ayudarles a aceptar y procesar la situación familiar
Aunque no siempre es posible estar de acuerdo, hay que evitar involucrar a los hijos en los conflictos entre los padres. Sin embargo, eso no significa que deban estar en una burbuja, ajenos a la situación. Cada uno forma parte de la familia y se le debe ayudar a entender, según su edad, lo que ocurre en el hogar.
“Cuando ellos nos ven vulnerables también desarrollan cierta resiliencia. Aprenden y aceptan su realidad y aprenden que hay una nueva modalidad de familia. Si les desarrollamos la parte emocional y luego los involucramos de forma negativa hay una gran contradicción en lo que estamos enseñando”, aseveró Calderón.
A medida que todos los miembros de la familia se tomen las cosas con más tranquilidad y puedan relajarse, será más fácil tener una paternidad compartida y vivirla bien, aseguran las expertas, quienes también aconsejan que lo primordial para eso serán los acuerdos y especialmente la voluntad para alcanzar el bienestar de las hijas e hijos.
Texto: Cecilia García