El cuidado de las plantas no solo es una afición para quienes gustan de ellas, sino que también es una forma de aprender y contribuir al manejo de las emociones. Esto lo saben los adolescentes que participan en el cultivo de pascuas y los demás proyectos productivos del Centro Juvenil de Detención Provisional -CEJUDEP- Etapa.
Este es el cuarto año en que los adolescentes participan en el cultivo de pascuas. El proyecto nació en el 2020 como un taller vocacional, para enseñarles habilidades que, al recuperar su libertad, pueden utilizar para generar emprendimientos y sus propios recursos.
Ecuador*, es el indicativo del subdirector del centro, quien relata que este año cultivaron 800 unidades, que están en venta para quienes deseen apoyar este proyecto que da nuevas oportunidades a los adolescentes.
“Lo que recaudamos lo utilizamos para los adolescentes. En las fiestas, no todas las familias vienen a visitarlos; así que el dinero lo usamos para que por lo menos un familiar logre viajar y compartir con ellos; además de hacerles una pequeña celebración”, expresó el subdirector.
El proyecto de cultivo de pascuas no es el único que desarrolla el centro, pues además de este y, aprovechando los espacios verdes del lugar, la enseñanza también se ha extendido hacia los cultivos comestibles como el de rábano, lechuga, chile pimiento, además de la Golden Berry o uvilla, traída de Perú para probar su facilidad de cuidado.
El encargado de asesorar a los adolescentes es el técnico agrónomo, Jorge Montenegro, cuya enseñanza va más allá de la parte técnica y logra que aprendan sobre paciencia, responsabilidad, diligencia, e incluso a pensar en planificar el futuro. “Es una oportunidad que ellos tienen de aprender, y yo de compartirles mis experiencias y todo lo que he vivido”, expresó.
Con la asesoría del técnico, también se implementó la crianza de gallinas ponedoras con las que se pretende que cuenten con insumos, para que, a mediano plazo, comiencen a cocinar sus propios alimentos, como lo plantean las autoridades de Reinserción.
¿Quiénes participan en los proyectos?
La población de Etapa es de un promedio de 95 adolescentes cada semana, una cifra que varía, pues este es un centro transitorio, donde los residentes están mientras esperan su sanción. De ellos, entre 12 y 18 residentes participan en los procesos educativos de los proyectos productivos, pues se requiere que cumplan cierto perfil para ser incluidos.
“Trabajo social y psicología tienen una metodología para perfilar y dar aviso al juzgado para que sepan que los adolescentes están en el programa, y que así estemos seguros de que están comprometidos con el aprendizaje”, apuntó el subdirector, Ecuador*.
Fernando* (nombre ficticio) es uno de los adolescentes que participa y quien asegura que estar en una actividad productiva es un beneficio claro, especialmente para su salud mental. “Uno deja de pensar en otras cosas, despeja la mente, se le olvida la tristeza. Puedo aprender algo y ahora ya tengo ideas de qué puedo hacer cuando recupere mi libertad”, comentó.
Para el 2025, se continuará con los proyectos que ya tienen, pero se incluirá el cultivo de flores para la temporada del Día del Cariño en febrero, así como la siembra de arándano azul, entre otros.
Texto: Cecilia García
Fotografías: Asael Díaz