Tanto el equipo multidisciplinario, así como las instalaciones del albergue Casa Nuestras Raíces Quetzaltenango, se encuentran preparados para recibir mayor afluencia de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados en las próximas semanas.
Según lo dicho por Maripaz López, encargada de dicho centro, tienen conocimiento de que vienen conducciones más grandes de menores de edad, por lo que el centro se empezó a preparar con materiales lúdicos, kits de limpieza y abrigo y todo lo necesario para poder cumplir con el mandato de atención y protección.
La ruta de vuelta a casa
Todo empieza cuando en Casa Nuestras Raíces reciben la nómina de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados que retornarán de México a Guatemala, desde allí el personal pone manos a la obra para elaborar gafetes para identificar a cada uno en el centro de recepción.
Posteriormente, dos a tres operadores de protección infantil viajan a la frontera de Tecún Umán para hacer la primera recepción y dar la bienvenida. Además, se les informa en dónde van a estar resguardados para ubicarlos en tiempo y lugar.
Luego se les brinda atención médica que incluye hacerles hisopados si es necesario, el siguiente paso es iniciar el viaje hacia el albergue, que dura entre cuatro y cinco horas. Ya en Casa Nuestras Raíces se les explica que podrán hacer llamadas supervisadas.
También empieza el proceso de atención médica, psicológica o de crisis, para esto se cuenta con el personal suficiente, gracias al apoyo de El Refugio de la Niñez, Médicos del Mundo y Cruz Roja.
Y qué mejor que regresar a Guatemala y que te reciban con un plato de pepián recién hecho, es así como en la cocina de Nuestra Raíces Quetzaltenango se demuestra el amor y pasión el trabajo que se hace en favor de la niñez y adolescencia migrante no acompañada.
Texto: Carolina Hernández
Fotos: José López y archivo