Cada adolescente que llega a Casa Joven lo hace con una historia diferente, pero con un mismo propósito: encontrar oportunidades para crecer y superar las dificultades que han enfrentado. En este programa de la Secretaría de Bienestar Social -SBS-, no solo encuentran educación de calidad, sino también un servicio de apoyo psicológico que les permite fortalecer su bienestar emocional y familiar.

Bryan García conoció Casa Joven Villanueva gracias a su hermana. Lo que inició como una recomendación, terminó siendo una de las mejores oportunidades de su vida. “Me costaba mucho comunicarme con otras personas, pero aquí siempre me trataron bien, y poco a poco fui haciendo amigos”, cuenta. Su experiencia refleja la esencia de Casa Joven: un ambiente de confianza donde los jóvenes pueden desarrollar su máximo potencial.

Para Mariana Parra, el impacto ha sido aún más profundo. Desde pequeña conocía Casa Joven porque cinco de sus hermanos también fueron parte del programa, pero fue hasta hace dos años cuando realmente experimentó su importancia. “No vivía con mis padres y en el colegio donde estaba tenía muchos problemas, tanto emocionales como físicos. Finalmente, decidieron sacarme de ahí y Casa Joven Villa Nueva me abrió las puertas”, relata. Además de apoyo educativo, recibió atención psicológica, lo que fue fundamental en su proceso de recuperación. “Llegué en un estado muy difícil, pero aquí encontré el apoyo que necesitaba”, agrega.

El bienestar emocional de los adolescentes es una prioridad en Casa Joven, y para ello, el equipo de psicología trabaja de cerca con cada joven y, en muchos casos, con sus familias. Rosaura Foronda es madre de dos adolescentes que asisten a Casa Joven Palencia. Su testimonio resalta el impacto que el acompañamiento psicológico ha tenido en su hogar: “Mis hijas enfrentaban un problema bastante grande, pero aquí han recibido mucho apoyo. Antes, ni siquiera podían manejar sus emociones y su carácter, pero ahora han logrado superar muchas dificultades familiares y aprender a controlarse mejor”, comparte.

Psicología para la vida
A través de sesiones individuales y grupales, el equipo de Casa Joven ayuda a los adolescentes a trabajar en su autoestima, inteligencia emocional y resolución de conflictos, herramientas esenciales para su vida cotidiana. “A veces, las personas piensan que ir al psicólogo es solo para locos, pero no es así. La ayuda psicológica puede marcar una gran diferencia en la vida de quienes atraviesan dificultades”, enfatiza Rosaura.

Además del componente emocional, el acceso a la educación es una de las bases del programa. David Xol, estudiante de Casa Joven Palencia, ha encontrado en el programa la oportunidad de seguir estudiando mientras trabaja. “He aprendido muchas cosas que me han sido útiles a lo largo de estos años”, menciona con orgullo.

Casa Joven sigue siendo un espacio donde los adolescentes no solo avanzan en su educación, sino que también encuentran una red de apoyo que los impulsa a salir adelante. Su impacto se mide en cada historia de superación y en cada familia que encuentra en este programa un aliado para la vida.

Texto: Cecilia García
Fotografías: Luis Sajché