En Santa María Visitación, un pequeño municipio donde muchos jóvenes sueñan con oportunidades fuera de sus fronteras, Brandon Chávez encontró un camino diferente. En lugar de partir, decidió quedarse. Y no solo eso: hoy, desde su propio emprendimiento, inspira a otros a hacer lo mismo.
Su historia comenzó en el Centro de Formación Quédate, de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), donde no solo culminó sus estudios de Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Productividad y Emprendimiento, sino que también recibió formación en marketing y negocios.






Con el conocimiento adquirido y las ganas de salir adelante, Brandon instaló su propio negocio en la comunidad: una venta de pizzas que atiende todos los días. Pero su espíritu emprendedor no se detuvo ahí. También inició una mueblería, aplicando las habilidades y herramientas que el programa le brindó.
Sin embargo, su éxito personal no fue suficiente. Un día, con la convicción de que más jóvenes pueden cambiar su futuro sin necesidad de emigrar, regresó al Centro de Formación Quédate. No como estudiante esta vez, sino como mentor. Compartió con los adolescentes su experiencia, los motivó a continuar sus estudios y, como muestra de lo aprendido, les enseñó a preparar pizzas.
“Me he dado cuenta de que muchos jóvenes deciden emigrar o pierden su rumbo en los vicios. Pero aquí también se puede salir adelante”, dice con seguridad. Para Brandon, la clave está en el aprendizaje: en adquirir un oficio, en prepararse y en atreverse a emprender.
Por eso, recomienda el programa Quédate sin dudarlo. “Aquí aprendí muchas cosas. Además del apoyo en formación y emprendimiento, también recibimos motivación y acompañamiento psicológico para no desviarnos del camino”, explica.
Hoy, su historia es un ejemplo de cómo el programa Quédate de la SBS impacta en la vida de las y los jóvenes, brindándoles herramientas para construir su futuro en su comunidad. Como Brandon, muchos han encontrado en este espacio la oportunidad de formarse, emprender y transformar su realidad. Porque cuando un joven decide quedarse, no solo cambia su propio destino, sino que también impulsa el desarrollo de su entorno.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Subsecretaría de Protección