Belby es usuaria del Centro de Atención Integral (CAI) desde hace varios años, cuando Pancho Molina, secretario de Bienestar Social, recién iniciaba su gestión. Ella le planteó su deseo: que su municipio, San Juan Bautista, contará con un CAI para que atendiera a su hijo y al resto de niñas y niños de dicha localidad.
El sueño de Belby coincidió con el plan estratégico de Molina, que contempla no solo ampliar la cobertura de servicios de la Secretaría, sino acercar el gobierno a la población, por lo que de inmediato se firmó un acuerdo con la municipalidad para alcanzar esa meta.
“Pensamos que no nos iban a atender y mucho menos escuchar nuestra solicitud, pero no fue así. Aquí están mejor, porque cuando llueve ya no hay lodazales, ni se filtra el agua, el lugar se mantiene limpio”, dice Belby, madre de Josué, un pequeño de 6 años que prácticamente ha crecido en el CAI y que ha visto el cambio con la nueva administración.
El pequeño Josué extraña a sus maestras y a sus amigos. “El CAI me ha ayudado bastante, porque cuando una trabaja a veces no hay donde dejar a los niños y aquí los atienden bien, les dan sus alimentos y pues mi nene habla bien de aquí, dice que las maestras son amables, le enseñan y le tienen paciencia”, agraga Belby.
Servicios que trascienden
María Xinic cuenta que Esdras, su nieto de 6 años, ha recibido buena atención en el CAI; al igual que la recibieron sus hermanas que ahora ya están en tercero y quinto primaria. “Ahora son nuevas instalaciones, no las han disfrutado (por la pandemia), pero esperemos en Dios que ya el otro año, tal vez el nene mío no, pero sí otros niños que lo necesitan”, dijo.
Doña María agradeció por las bolsas con víveres, verduras y material didáctico que fueron entregadas por el CAI, para llevar sustento a las mesas de las familias de las niñas y niños inscritos este año y que ahora son atendidos a distancia por las educadoras que refuerzan la enseñanza con guías de juego y el Folleto de Lecto-Escritura para los chicos de kínder y preparatoria.
“Para uno de pobre y sin trabajo es una gran bendición de Dios, sobre todo nutrientes paras los niños que lo necesitan bastante. Gracias porque no lo esperábamos. Dios bendiga a todos los que hicieron algo porque esta ayuda viniera porque la estamos recibiendo con mucho amor y cariño”, expresó doña María.
Soporte para madres y padres trabajadores
Para Aura Duarte, el CAI ha sido un gran soporte porque le apoyaron en el cuidado de sus tres hijos. Aunque ya es el último año de Milton, ella siempre estará agradecida por la buena atención y cuidado. “Para nosotras que somos madres de escasos recursos es una gran ayuda que cuiden a nuestros hijos y esta entrega de víveres es muy valiosa, no la esperábamos”, dice.
El cambio de instalaciones del CAI también fue bastante positivo para doña Aura, quien también coincide en que ahora las niñas y niños tienen un espacio más adecuado. “Antes había mucho lodo, los niños comían bajo un árbol, en cambió aquí está mucho mejor”, agregó.
El secretario Pancho Molina agradeció la confianza que las madres y padres tienen en la Familia SBS. “Tenemos clara nuestra misión: servir a las y los guatemaltecos y acercar el gobierno a las personas, porque todo lo que hacemos con amor es por y para ellas”, expresó.
Para Aura, los servicios que presta el CAI han sido indispensables, pues sus tres hijos han sido atendidos allí. “No nos esperábamos esta ayuda. Muchas gracias”, dijo Aura. Este año la educación a distancia fue reforzada con guías de juego y el Folleto de Lecto-Escritura. En San Juan Bautista se entregaron bolsas con vívers, verduras y material didáctico.