Un nuevo capítulo comienza para las jóvenes del programa de Vida Independiente, quienes durante tres semanas participarán en el curso de Marino Mercante, en la Escuela Naval de Guatemala. La formación es parte del apoyo que se les brinda en la Secretaría de Bienestar Social, para que tengan mejores oportunidades al salir cuando sean mayores de edad.
La jornada comenzó con la bienvenida que las autoridades de la escuela le dieron al grupo de adolescentes, para luego comenzar con su instalación del área que será su hogar durante los 21 días de formación marítima.
“El año pasado se firmó un convenio entre la Secretaría de Bienestar Social, la Base Naval, la Portuaria y este año se sumó el Ministerio de Trabajo, institución que otorgó una beca a las jóvenes para tomar el curso”, señaló la jefa del programa Vida Independiente, del Hogar Seguro, Karen Quezada.
Salir adelante es la visión de las adolescentes
Para las menores el hecho de tomar el curso significa una gran oportunidad no solo de aprendizaje, sino una ventaja para optar a plazas laborales en el ámbito marítimo, lo cual les ayudará a tener mejores expectativas para el futuro.
Gabriela* entró al sistema de protección hace ocho meses, en los que ha aprendido el valor que ella tiene, a confiar en las personas y ahora quiere explotar al máximo sus talentos pues quiere darle una mejor vida a su hija de dos años y ocho meses.
“Me siento muy contenta y agradecida con las personas que nos están apoyando, porque eso no lo hace cualquiera. Me siento muy ilusionada y con ganas de aprender, y sé que sí voy a lograr mi objetivo”, comentó.
Continuidad en la educación
Este es el segundo grupo de adolescentes que participa en el curso, pero la capacitación no termina ahí. El próximo año está previsto que todas las jóvenes tengan preparación en el Intecap con 100 horas de auxiliares de cocina y 100 de recamareros, mismos que les servirán para aplicar a las convocatorias cuando tengan la edad necesaria.
“También se les va apoyar con la solicitud y trámite de su pasaporte, al igual que se hizo con los y las adolescentes del año pasado, quienes en diciembre podrán aplicar a su primera convocatoria en la que podrían viajar a trabajar a Alaska”, añadió Quezada.
Los sueños de las alumnas apenas comienzan, y para algunas esta es una señal de las grandes cosas que harán en el futuro tal como lo piensa Andrea*, otra de las participantes que tiene grandes expectativas de su formación como marino mercante.
“Siempre me ha gusta mucho estudiar, esto me motiva a salir adelante y a saber que soy buena para algo; por eso tengo que aprovechar estas habilidades que Dios me ha dado. Sueño con hacer carrera militar, así que este es un primer paso”, expresó.