Los hijos no vienen con un manual de crianza y afrontar cada situación a veces se torna difícil. Sin embargo, para los padres que por diversas razones han tenido que asistir, por orden de juez a las charlas de Educando en Familia la experiencia ha resultado en un crecimiento personal y familiar.
Las pláticas que se imparten por el programa de la Secretaría de Bienestar Social –SBS- están dirigida a la orientación de madres, padres o encargados de familia para lograr una formación adecuada de sus hijos, estableciendo un modelo de crianza que favorezca el fortalecimiento de valores, así como para que desarrollen habilidades emocionales, afectivas y conductuales que permitan dar una respuesta adecuada y pertinente a las necesidades de las Niñas, Niños y Adolescentes –NNA-.
El Programa Educando en Familia que se imparte por medio del personal del Departamento de Atención y Orientación Especializada a Niñez y Adolescencia no Institucionalizada y su Familia –PROFAMI-, ha apoyado con talleres a más de 10 mil 700 padres, madres o responsables de NNA en situación de vulnerabilidad y condiciones de desprotección, cuyos casos no ameritan la separación de su entorno familiar, constituyéndose en una alternativa para minimizar la institucionalización.
Un ejemplo de los buenos resultados, es el de los esposos Arana, un matrimonio joven y que tienen una pequeña de 2 años. Cuentan que al principio asistir a las charlas les resultaba tedioso y no comprendían porqué si su situación no era tan grave estaban allí, pero con cada uno de los talleres fueron comprendiendo que su forma de crianza no era la más certera.
“Con la nena era falta de atención porque llegábamos estresados del trabajo y con muchas tensiones. Sin embargo, este programa nos ayudó a entender cómo es que un niño necesita atención, que no es solo de darles regalos, sino que les dediquemos tiempo de calidad y a entender qué es lo que necesitan y porqué son los berrinches. Al poner en práctica todo lo que aprendimos cambiaron muchas cosas en la casa, creamos una conexión con la nena y ahora ella es más abierta y nos habla”, dice Manuel, el papá.
Ana indica que se fueron dando cuenta que cada tema les proporcionaba herramientas para cuidar mejor de su niña, porque no solo les enseñan a ser mejores padres, sino de situaciones externas que pueden dañar a los pequeños. “Aprendimos muchas cosas que no sabíamos, nos ha ayudado un montón”, agregó.
HIJA VUELVE A CASA
Otro ejemplo de éxito es el de Valeri Pérez, madre de dos adolescentes, una de ellas de 15 años, quien fue institucionalizada durante dos años debido a problemas de rebeldía y poca comunicación.
Ella cuenta que al principio la situación fue difícil. “Me sentí como una mala madre, pero todo ha sido un paso a paso porque PROFAMI nos ha ayudado mucho y por otro lado en la residencia también le han brindado seguimiento psicológico a mi hija”, explicó Pérez.
Hace una semana, Valeri recibió de nuevo a su hija en casa y aunque han sido pocos los días de convivencia ella ya ha visto un cambio casi completo en cuanto a la comunicación y conducta de ambas, “agradezco todo el apoyo que hemos recibido”, finalizó.