Ver a un hijo destacar llena de orgullo el corazón de una madre, más cuando las condiciones han sido adversas y sobresalir en el estudio dentro de un centro juvenil de privación de libertad se convierte en un premio doble.
Este es el caso de Milton, que durante los 2 años y 9 meses de reclusión en CEJUPLIV-Gaviotas, a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia –SBS-, ha cambiado su actitud, tanto que ahora es uno de los mejores portados y hasta tiene el valor de subir a un escenario para cantarle a su mamá.
Él cuenta que el apoyo que ha recibido del equipo multidisciplinario del centro, le ha ayudado a cambiar su forma de pensar y que ahora encuentra en su mamá y su hermano menor la mayor motivación para salir adelante.
“No soy la misma persona que ingresó aquí, porque a un pandillero no le importa nada, ni la familia; yo abandoné a la mía porque me fui de la casa. Además mi hermanito siempre me decía que quería ser como yo y qué ejemplo le pude haber dado afuera, donde quizá ya no estuviera vivo”, expresa.
Sonia coincide con su hijo al hablar del cambio que este ha tenido dentro de CEJUPLIV. “Siempre me han dicho que él es diferente a los otros jóvenes y me preguntan cómo vino a parar aquí, pero yo estoy agradecida con Dios y le clamo todas las noches para que siga adelante”, dice la madre.
Mientras su hijo le cantaba “Mi novia se me está poniendo vieja”, Sonia lloraba de alegría al verlo y dice que si no estuviera en el centro quizá nunca hubiese agarrado un micrófono para dedicarle la presentación.
Un aspecto importante en el proceso de reinserción es el apoyo familiar, situación que Sonia tiene presente, pues siempre le recuerda a Milton que puede contar con ella. “Yo le he dicho que nunca lo voy a dejar, que solo le pida a Dios que me mantenga con vida para poderlo ayudar en lo que necesite”, cuenta.
A Milton aún le faltan 2 años y 3 meses para finalizar su sanción, tiempo que aprovechará para terminar sus estudios y que al salir su resocialización sea exitosa.
De acuerdo a la Subsecretaría de Reinserción, 305 privados de libertad continuaron su formación académica este año, divididos en Alfabetización (primero), Etapa I de Primaria (segundo, tercero y cuarto) y Etapa II de Primaria (quinto y sexto); Etapa I de Básico (primero y segundo) y Etapa II de Básico (tercero) Diversificado y Universidad.
Los jóvenes reciben cuatro horas de aprendizaje y atención semanal en aulas con no más de diez alumnos para cumplir con los protocolos de seguridad de la correccional.
Esto forma parte del nuevo Modelo de Gestión Juvenil que impulsa la SBS y que promueve la reinserción de los adolescentes en conflicto con la ley penal con cero ocio, capacitación técnica, tratamiento psicológico, atención médica y un trato digno.