Lucía, una adolescente que cumple una sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres -CEJUPLIM- Gorriones, encontró en este lugar un modelo de reinserción eficaz que le ha permitido descubrir y desarrollar sus habilidades. 

Una de las actividades que más disfruta Lucía es el tejido. Con sus manos hábiles, elabora infinidad de figuras, como abejas, aguacates, corazones, tazas, entre otras que, luego, son puestas a la venta, principalmente en los bazares que se realizan en varias instituciones, incluso en los juzgados. Esta actividad no solo le permite desarrollar su creatividad, sino que también le brinda satisfacción por alcanzar sus logros y especialmente, por apoyar a su familia al generar ingresos. 

“Todo inició hace dos años, cuando las autoridades nos organizaron emprendimientos y yo quería hacer algo único que no se pareciera a lo demás. A mí siempre me ha gustado tejer desde pequeña, entonces para mí, este fue mi emprendimiento”.

En el caso de Lucía, ha encontrado en el bordado una forma de expresión y una salida creativa que le ha permitido canalizar sus emociones y pensamientos de manera constructiva, resultado de la práctica del principio de Cero Ocio en todos los centros de reinserción.

“Agradezco a todo el personal de la SBS, porque ellos son los que también me ayudan como clientes; también he salido a bazares en universidades, juzgados, e incluso cuando hay personas que vienen acá, miran que estoy trabajando en mis proyectos y me hacen pedidos”, añadió Lucía.

El ejemplo de Lucía, es una de las muestras de cómo las adolescentes y jóvenes tienen un camino de transformación para su vida, especialmente por medio del arte y otras actividades que les reditúan experiencia y una opción para el futuro. 

Texto y Fotografías: Asael Díaz

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