Poner límites a las niñas y los niños es una de las mayores responsabilidades de las madres, padres y cuidadores. Pero, ¿cómo hacerlo sin recurrir a gritos o castigos? La clave está en establecer normas con amor y respeto, de manera que los pequeños comprendan la importancia de seguirlas y no solo las obedezcan por miedo a una reprimenda.
La Disciplina Positiva propone un enfoque basado en la firmeza y la empatía. No se trata de decir “sí” a todo ni de imponer reglas sin explicación, sino de encontrar un equilibrio. Los niños necesitan estructura y normas claras para sentirse seguros, pero también necesitan sentirse escuchados y comprendidos. Explicar el porqué de cada norma, con un lenguaje acorde a su edad, les ayuda a interiorizar los valores detrás de cada regla.
En lugar de castigos arbitrarios, se recomienda aplicar consecuencias lógicas y relacionadas con la acción. Por ejemplo, si un niño no guarda sus juguetes después de jugar, la consecuencia lógica sería que no pueda usarlos hasta que los recoja. De esta forma, aprende responsabilidad sin necesidad de gritos o amenazas.
Consejos para poner límites con respeto y firmeza
Sé claro y consistente
Los niños aprenden con la repetición. Si una norma cambia constantemente, se confundirán y no sabrán qué esperar.
Explica el motivo de las reglas
“No grites” suena como una orden; en cambio, “Hablemos en voz baja para que todos podamos entendernos mejor” les da un propósito claro.
Empatiza con sus emociones
Un “Entiendo que estés molesto porque no quieres apagar la tele, pero es hora de dormir” valida sus sentimientos sin ceder en el límite.
Sé un modelo a seguir
Los niños imitan lo que ven. Si queremos respeto, debemos demostrarlo con nuestras propias acciones y palabras.
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La Secretaría de Bienestar Social (SBS) impulsa una crianza basada en el respeto y la comunicación, proporcionando herramientas que ayuden a las familias a fortalecer sus vínculos sin afectar la autoestima de niñas, niños y adolescentes.
Criar con firmeza y amor no solo ayuda a que las y los chicos aprendan límites, sino que también fortalece su confianza y los prepara para una convivencia sana en sociedad. ¡Con respeto y paciencia, la crianza se convierte en una experiencia de aprendizaje para todos!