SUBSIDIOS FAMILIARES DE LA SBS LLEVAN ALIVIO Y ESPERANZA A NIÑEZ EN POBREZA Y CON DISCAPACIDAD DE COMUNIDADES LEJANAS

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A sus 9 años, la ceguera no ha sido obstáculo para que Diego Ángel disfrute de interpretar los acordes en su guitarra, los cuales acompaña con su voz, porque también gusta de entonar los himnos que desde muy pequeño ha aprendido junto a su padre, quien ha sido su guía y maestro. 

El pequeño vive en la aldea San Felipe Chenlá, San Juan Cotzal, localidad que se ubica en el Triángulo Ixil de Quiché, a 300 kilómetros de la capital, hasta donde llega el programa de Subsidios Familiares, de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia –SBS-.

Diego Ángel ingresó al programa en 2015, cuando tenía 5 años, desde entonces su papá ya veía en él talento y empezó a enseñarle con su guitarra, pero con el tiempo el pequeño le pidió su propio instrumento, cosa que se vislumbraba casi imposible debido a las condiciones de pobreza en las que vive con su familia. 

Según la trabajadora social Tomasa Jiatz, el caso de este niño es uno de los 2 mil 790 beneficiados con los Subsidios Familiares, que coordina la Subsecretaría de Preservación Familiar, que han encontrado una ayuda significativa para mejorar la calidad de vida de menores con discapacidad. “La familia de Diego Ángel está compuesta por diez miembros, siete de ellos son menores de edad y el padre se dedica a la agricultura con lo que percibe un ingreso de Q25 diarios”.

Sin embargo, con el aporte la familia tiene la oportunidad de alimentar mejor al niño, y tras pedir autorización a la supervisión del programa, el pequeño cumplió su sueño de tener su propia guitarra. “El padre nos cuenta que con la música el menor se desestreza, lo que le sirve como terapia y aunque no ve, siente el instrumento, lo interpreta y canta”, relata la trabajadora social.  

De acuerdo a Jiatz, la ayuda de Q500 mensuales del Subsidio Familiar, puede sonar insignificante, pero para ellos es de mucho apoyo, “La ayuda que están recibiendo es de gran beneficio porque en las supervisiones vemos que ahora el niño está comiendo mejor, tiene su leche, su ropa, sus zapatos, cuando antes no tenían la posibilidad de comprar, entonces ellos están muy agradecidos”, expresó. 

YOSELYN SE AFERRA A LA VIDA

Otro de los casos que ha impactado a la trabajadora social es el de Yoselyn Sicajan Yos, quien padece de hipertensión pulmonar, lo que la obliga a permanecer en cama conectada a un tanque de oxígeno que la mantiene viva, en la aldea La Trompeta, Patzún, Chimaltenango.
Pero lo que hace más difícil su situación es que su mamá falleció y ahora el único que se hace cargo de ella y de sus seis hermanitas es su padre, quien es agricultor.
 
Cada ocho días, el papá debe traer a Yoselyn a la capital para que sea evaluada y reciba su tratamiento y cuenta que lo que recibe del Subsidio Familiar que la SBS le aporta cada mes, lo usa exclusivamente para el medicamento de la pequeña, es por eso que para él, es muy importante el aporte, ya que ayuda a darle esperanza y alivio a su niña. 

Este aporte económico tiene por objetivo apoyar a las familias guatemaltecas que cuentan con Niñas, Niños o Adolescentes –NNA- con discapacidad o en situación de vulnerabilidad, para contribuir a mejorar su calidad de vida.