En el proceso de acogimiento familiar temporal, uno de los momentos más difíciles, pero necesarios es la desvinculación emocional entre la niña, niño o adolescente y su familia de acogimiento temporal. Este paso, que forma parte del ciclo de protección y reintegración, debe manejarse con sensibilidad, respeto y amor para garantizar los derechos y el bienestar de la niñez y adolescencia.
Las Familias de Acogimiento Temporal son parte fundamental de los programas de protección de la Secretaría de Bienestar Social -SBS-, que busca restituir los derechos de niñas, niños y adolescentes al ofrecerles ambientes seguros, dignos y llenos de amor mientras su familia biológica atraviesa dificultades y aunque su fin es brindar un entorno afectivo, su objetivo principal siempre será la reintegración familiar, permitiendo que los menores recuperen sus vínculos esenciales y crezcan en su núcleo de origen.
La desvinculación emocional es un proceso gradual que se realiza con el acompañamiento de profesionales especializados. Es normal que se formen lazos afectivos fuertes entre el menor y la familia de acogimiento, por lo que la transición hacia el regreso con su familia biológica debe ser cuidadosamente guiada. La SBS cuenta con protocolos específicos que buscan que este proceso sea lo más llevadero posible tanto para la familia temporal como para la niña, niño y adolescente, asegurando un apoyo constante en la adaptación emocional.
El éxito de este proceso también depende del trabajo interinstitucional. La Procuraduría General de la Nación -PGN-, en coordinación con el Departamento de Acogimiento Familiar Temporal de la SBS, supervisa cada caso para garantizar un regreso seguro y positivo. Además, las familias de acogimiento reciben monitoreo y apoyo continuo para asegurar que la atención y el bienestar del menor sean prioritarios en todas las etapas.
Cada niño, niña y adolescente merece crecer en un entorno que promueva su desarrollo físico, emocional y social. El programa de Acogimiento Temporal, así como su eventual proceso de desvinculación, representan un acto de sensibilidad y cuidado que permite restaurar los derechos de la niñez y garantizar su futuro en un hogar seguro y estable.
Texto: Dirección de Comunicación Social
Fotografías: Luis Sajché (Archivo)