La Residencia Zafiro 1 brillaba de una manera especial. La decoración, la música y el murmullo de voces emocionadas anunciaban un evento único: la celebración de los 15 años de seis adolescentes, quienes han encontrado en este lugar no solo un refugio, sino también una familia.
Desde hace semanas, todo el equipo había estado preparando esta celebración con esmero. El objetivo no era solo organizar una fiesta, sino regalarles a estas jóvenes una experiencia que, en muchos casos, sus familias no pudieron brindarles. “Queríamos marcar sus vidas positivamente y celebrar esta transición tan importante de la niñez a la adolescencia”, comentó Jacqueline Alonso, administradora de la residencia.
Cuando las quinceañeras entraron en escena con sus vestidos radiantes, todo el lugar quedó en silencio. Acompañadas por chambelanes de Casa Intermedia, bailaron un vals que simbolizaba sus sueños, su resiliencia y el comienzo de una nueva etapa. Las semanas de ensayos se reflejaron en cada paso, y los aplausos llenaron el espacio.
Historias de cambio y esperanza
Trabajo en equipo
En la Residencia Zafiro 1 se trabaja con adolescentes que han enfrentado desafíos como la calle, las pandillas y el consumo de sustancias. Sin embargo, en el hogar no solo se restituyen sus derechos con apoyo psicológico, pedagógico y social, sino también encuentran amor y la guía necesarios para construir un camino lleno de esperanza con las herramientas adecuadas.
Esta celebración fue más que una fiesta. Fue una promesa de la Secretaría de Bienestar Social: la de un futuro lleno de oportunidades. Estas seis adolescentes, con sus sueños y su fortaleza, son el ejemplo claro de que siempre se puede empezar de nuevo, con apoyo, dedicación y amor.
Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Luis Sajché