El programa Quédate está transformando la vida de adolescentes y jóvenes en las comunidades rurales de Sololá, a quienes ofrece herramientas que les ayudarán a construir su futuro sin la necesidad de emigrar de forma irregular.

Este trabajo se hace evidente a través de historias como las de Leonardo y Yeimi, dos adolescentes que han encontrado en el Centro de Formación Quédate su camino hacia la superación personal y profesional. 

Mientras amasa la harina para hacer pan, Leonardo, originario de la aldea Pamezabal en Santa Lucía Utatlán,  cuenta que antes de entrar al centro era muy tímido y le daba pánico socializar. Sin embargo, aquí encontró un espacio en donde su personalidad se ha transformado.

“Estamos aprendiendo sobre cómo hablar en público y además estamos aprendiendo panadería. Este conocimiento es fundamental; en caso de que surja una emergencia, puedo emprender y no tener que emigrar.” Su testimonio resalta el propósito central de Quédate: empoderar a los jóvenes para que vean oportunidades en su propia comunidad, en lugar de buscar alternativas en el extranjero.

Los talleres de panadería son solo una parte de la oferta educativa de Quédate. Leonardo menciona que también han sembrado árboles y participado en diversas actividades comunitarias, lo que no solo les enseña habilidades prácticas, sino que también fortalece ls conexión con sus vecinos.

“Al principio, tenía miedo de hablar en público, pero aquí me enseñaron a controlar mis nervios y a socializar. He visto un cambio drástico en mí”.
Leonardo Yac
Beneficiario Quédate

Por su parte, Yeimi, originaria del caserío El Porvenir en Santa María Visitación, también ha experimentado una transformación notable. “Participar en talleres de panadería ha sido muy importante para mí. He aprendido computación y cómo expresarme mejor. Ahora puedo aportar mis ideas en las reuniones del Cocode para proyectos comunitarios”, explica.

Su sueño de impartir clases a los niños de su comunidad refleja el deseo de contribuir a su entorno, mostrando que no solo aspira a un futuro personal, sino a un cambio colectivo, muestra del empoderamiento que le ha dado el formarse profesionalmente.

El educador Manuel Tzep destaca la importancia de estos talleres y la diversidad de cursos que ofrece Quédate. “Además de la panadería, también enseñamos la elaboración de canastos y donas. Muchos de nuestros jóvenes han sobresalido, creando sus propios negocios tras finalizar los cursos”, explica. El enfoque en habilidades de liderazgo y comunicación ha permitido que los jóvenes pierdan el miedo a expresarse y se conviertan en líderes en sus comunidades.

Marcos Ixtamer, encargado del Centro de Formación Quédate en Santa María Visitación, reafirma el impacto del programa: “Nos hemos convertido en una oportunidad clara para los adolescentes y jóvenes de Sololá, ofreciéndoles una educación alternativa y formación técnica”.

Con 478 beneficiarios en sus cursos, el programa Quédate está sembrando semillas de esperanza y progreso en Sololá. Las historias de Leonardo y Yeimi son solo dos ejemplos de cómo la educación y el liderazgo pueden cambiar vidas y comunidades. 

Texto: Carolina Hernández
Fotografías: Eduardo Mendoza

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