“Sueño con verme como un profesional a cargo de una empresa. Desde pequeño quise convertirme en administrador de empresas. Entré teniendo solo tercero básico y ahora voy a comenzar el primer semestre de la universidad en esta carrera”.
Este es el testimonio de Pablo* (nombre ficticio), uno de los jóvenes privados de libertad del Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones -CEJUPLIV- II Anexo, que este año será un alumno universitario.
Como parte de su proceso de reinserción, los adolescentes reciben formación académica tanto para completar su educación, como para que tengan mejores oportunidades al terminar su sanción impuesta por los jueces, esto sobre la base de la restitución de su derecho a la educación.
Así como Pablo*, 125 residentes de este centro recibirán clases del ciclo de primaria, básico, diversificado, bachillerato y de nivel universitario, por medio de modalidades flexibles y convenios con instituciones como la Universidad Rural de Guatemala.
“El camino en mis estudios ha sido bonito y ahora sé que si uno se lo propone lo logra. Hoy sé que, a pesar de que uno fue lo que fue, al estudiar se logra hacer algo en la vida”, dijo Pablo*.
Él es uno de los 29 jóvenes que tomará clases universitarias en la carrera de administración de empresas, sin embargo, otros cursarán la licenciatura en derecho y otros en educación, para cumplir sus sueños de ayudar a más personas a tener oportunidades.
En los cursos de primaria serán 15 los alumnos, mientras que en básico serán 42; en cuarto bachillerato, 27; y en quinto, 12; todos bajo el tutelaje de un grupo de educadores especializados que se encargan de la formación dentro del centro.
Texto y fotografías: Cecilia García