No hay celdas ni barrotes, y los jóvenes tienen posibilidad de salir a trabajar o estudiar. Así es Casa Intermedia, uno de los elementos clave del nuevo Modelo de Gestión Juvenil, que cada día da más frutos en favor de la juventud.
La historia comienza en 2018, cuando un grupo de 54 profesionales, entre psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y maestras, recibió formación para luego implementar el Modelo de Gestión Juvenil, con el que se pretende la dignificación de los jóvenes en conflicto con la ley.
En 2019 empezaron las operaciones de Casa Intermedia, lugar al que llegan los jóvenes que tienen posibilidades de adaptarse a un régimen semiabierto, en el que pueden estudiar y trabajar.
Casa Intermedia está compuesta por tres residencias: Decisión, Esperanza y Oportunidad, en las que los jóvenes son instalados y avanzan gradualmente mientras concluyen con la sanción impuesta por los jueces.
Progreso gradual y exitoso
El primer paso es la perfilación, es decir, un proceso de selección minucioso que ha sido diseñado por el primer grupo de Vigilantes de Tratamiento Juvenil -VTJ-. En este influye en gran parte el comportamiento de los jóvenes para ser trasladados de los centros de privación de libertad hacia Casa Intermedia.
Al entrar, los adolescentes llegan a la residencia Decisión, donde se desarrolla un proceso de adaptación de un mes. El cambio es drástico, pues en Casa Intermedia ahora tienen nuevas reglas de vida, un régimen riguroso con horarios definidos que comienzan desde las 5:00 de la mañana.
Esta parte es necesaria para su acoplamiento, para el cambio de mentalidad y también sirve como un filtro para que permanezcan quienes tienen el deseo continuar en las siguientes fases, en las que reciben capacitación técnica, que les servirá para entrar al mercado laboral.
Formación y capacitación
Desde el ingreso en Casa Intermedia, todos los jóvenes continúan con su educación formal, se les ubica en el grado que les corresponde y reciben clases todos los días. Pero, al pasar a la residencia Esperanza, se añade a su agenda la capacitación técnica, uno de los objetivos principales.
Computación, panadería, repostería y otras habilidades técnicas son las posibilidades de capacitación, con el fin de ayudarles a que tengan mejores oportunidades para optar a alguna plaza laboral; algo que se logra por medio de alianzas que se generan con socios estratégicos como el Intecap.
El programa pretende no solo darles nuevas y mejores oportunidades, sino ayudarles a tener un cambio completo de vida, por eso, los integrantes permanecen bajo un régimen de horario estricto en el que no hay espacio para el ocio.
Confianza, valor y oportunidad
Cada día es importante para los jóvenes, pues saben que se acercan a la reinserción y para el último paso es cuando tienen más ánimo y hambre de triunfo, algo que se hace evidente en la residencia Oportunidad, la última antes de salir.
Quienes permanecen en Casa Intermedia, son jóvenes en conflicto con la ley que aún cumplen la sanción impuesta por los juzgados, sin embargo, con la autorización de estos últimos, quienes tienen la oportunidad pueden salir a trabajar o estudiar en la universidad.
Algunos casos como el de *Douglas, uno de los actuales residentes, se convierten en ejemplo para los demás. Pues se esfuerza en la carrera de Relaciones Internacionales, y sueña con convertirse, algún día, en un diplomático que represente al país en el extranjero.
Desde 2019 hasta la fecha, Casa Intermedia ha logrado reinsertar a 88 jóvenes a quienes se ha apoyado, no solo con educación sino con experiencia laboral como sucede con las pasantías laborales.
Actualmente hay 36 residentes, de ellos cinco estudian en la universidad, tres en Ciencias Jurídicas, uno en Mercadotécnica y uno en Administración de Empresas. Además, ocho se graduaron de diversificado, mientras que otros ocho cumplen con pasantías laborales en instituciones públicas y privadas.