Por segundo año consecutivo, la residencia para adolescentes varones, Diamante 1 se convirtió en escenario de juegos y antojitos distintivos de la Feria de Jocotenango, pero sobre todo se inundó de risas, diversión y algarabía propia de la edad.
Los adolescentes disfrutaron a más no poder de cada uno de los juegos. En sus rostros solo se dibujaban sonrisas al jugar en el futillo o derribar los pinos del boliche. También pusieron a prueba su equilibrio en el juego de la cuchara y el huevo y no podía faltar una ronda de lotería.
Pero una de las partes favoritas de la actividad fue la hora de la comida. En la mesa habían chuchitos, tostadas con frijol y salsa, elotes locos, golosinas, aguas, shucos y granizadas. Cada uno de los chicos pasó por sus raciones.
“Todo estuvo muy bonito, le agradecemos a todo el equipo”, “Lo que más me gustó fue la comida, estuvo muy rica”, “La pasé muy bien, disfruté de los juegos”, fue lo que dijeron los adolescentes al preguntarles que les había parecido la actividad.
Además de ser pate del proceso terapéutico de cada uno de los adolescentes, estas actividades forman parte de la política de Ocio Cero, implementada en los hogares de protección para que los residentes canalicen su energía de manera positiva y refuercen sus lazos afectivos.